Desde temprano se sabía que no iba a ser un domingo más para Avellaneda. Luego de finalizado el encuentro entre Racing y San Lorenzo en el Cilindro cerca de las 13 horas, comenzaron a llegar incesantemente grupos de personas desde distintos puntos de Capital Federal, el conurbano y hasta del interior del país. Algunos hasta trajeron sillas de playa en las cuales se sentaron en plena Avenida Belgrano para esperar a Silvio. Incluso, desde balcones de edificios cercanos a Belgrano y Arenales, vecinos aprovecharon la privilegiada ubicación para seguir el concierto.
Cada uno con un alimento no perecedero, que fue el único "precio" de la entrada para disfrutar del recital que miles habían presenciado el jueves y viernes en el Luna Park y antes en Córdoba y Rosario.
Pero el de Avellaneda no fue un recital más, tampoco para el cubano. Sólo en 2004 se había topado con una Plaza de Mayo repleta, pero formando parte de un festival con varios números musicales y artísticos. Generalmente, sus presentaciones fueron masivas, pero en teatros o en el mencionado Luna Park. El de este domingo en nuestra ciudad, se convirtió en el show más multitudinario del poeta y músico cubano, desde que visitó nuestro país por primera vez, allá por 1984 junto con Pablo Milanés en Obras Sanitarias.
El propio Silvio comparó este recital en Avellaneda con los que realiza en distintos barrios de Cuba desde hace muchos años, "pero con mucha menos gente que aquí", según dijo en uno de sus "diálogos" con el público de nuestra ciudad.
Previamente, habían actuado como teloneros de lujo los cantantes Patricia Malanca, Bruno Arias y la talentosísima venezolana Cecilia Todd, a quien presentó Silvio Rodríguez en persona. Luego, una eufórica militante cubana, el periodista Atilio Borón y el intendente Jorge Ferraresi se habían dirigido a la multitud.
“Es necesario recuperar la alegría en estos tiempos de persecución de líderes de la región. Necesitamos unirnos para recuperar a la Argentina en el camino de nuestros próceres, como San Martín, Artigas, Perón, y los luchadores populares, como el Che Guevara. Estamos de pie y vamos a luchar por la dignidad, por la libertad, por el trabajo”, expresó el jefe comunal, para terminar recordando la figura de Néstor Kirchner.
Cerca de las 19 horas, acompañado por músicos de excelencia, entre ellos su mujer Niurka González, Silvio Rodríguez generó el silencio conmovedor de más de 100 mil personas, para escucharlo, sentirlo y recordar la influencia que cada tema del trovador tuvo en las propias vidas personales de cada admirador a lo largo de los años.
Quizás el momento más emotivo fue cuando Silvio comenzó a entonar su tema "Eva", y centenares de mujeres enarbolaron como banderas sus pañuelos verdes, mientras desde el escenario el cubano decía: "Eva no intenta vestir de tul, Eva no cree en un príncipe azul. Eva no inventa falso papel el fruto es suyo con padre o sin él".
También fueron conmovedores los tramos en los cuales Silvio interpretó una versión distinta y más lenta de la popularmente conocida "Óleo de mujer con sombrero", que está incluida en su último álbum "Amoríos (2015), la cual fue coreada por el público, al igual que la ya célebre "Ojalá", íntegramente cantada por decenas de miles de personas.
Interpretó las mismas canciones que en sus anteriores conciertos de Córdoba, Rosario y el Luna Park. Excepto en los bises, en dos de los cuales incluyó los temas "La Era está pariendo un corazón" y "Angel para un final", el último antes de despedirse poco antes de las 22 horas, tras casi tres horas de concierto.
No fue un día más para Avellaneda, y será recordado por muchos años. Pero tampoco fue un día más para Silvio Rodríguez: seguramente, jamás olvidará a esta ciudad de las afueras de Buenos Aires en la que encabezó su más conmovedor y multitudinario concierto en Argentina.
